- Ignóralo, haz como que no lo has oído.
- No lo mires. Si puedes, camina y pasa a su lado sin mirar lo.
- No llores, ni te enojes, ni muestres que te afecta. El agresor desea que tú reacciones mal, no le des lo que busca. Eso no significa que no te sientas verdaderamente her ido, pero no dejes que él/la lo note. Más tarde podrás escribir sobre lo que sientes o contárselo a alguien de tu confianza.
- Responde al agresor con tranquilidad y firmeza. Di, por ejemplo: “¡NO!, no soy lo que tú piensas!”.
- Si puedes, convierte alguno de sus comentarios en un chiste. Por ejemplo, si él dice: “¡Qué ropa tan ridícula llevas!”; tú puedes responderle: “¡Gracias! Me alegra que te hayas dado cuenta!”.
- Corre si es necesario. Alejarse de la situación no es de cobardes. El agresor es el cobarde y quienes lo apoyan también. Tú no eres el problema, el que tiene problemas es él. Busca un sitio donde haya un adulto y quédate allí.
- Si te molesta un agresor habla con un adulto. Eso no es acusar. Es pedir ayuda cuando de verdad la necesitas.
Sabia frase de Mafalda
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